Aún conociendo la comarca como la conozco, esta ruta me sorprendió muy agradablemente: los paisajes, la densa vegetación y variedad botánica, además de la agradable compañía con la que hice la ruta.
Iniciamos la ruta saliendo por la parte superior de Guadalupe, tomando la calle Corredera. Pronto tomamos un carril amplio, en buen estado en todo su trayecto y con algunos tramos encementados, apropiado tanto para hacer senderismo como hacerlo en bicicleta . En su primera parte ( unos 4,5 km) encontramos pendientes elevadas pero agradables de hacer, sobretod porque pronto empezamos a caminar a la sombra de la vegetación, sobretodo castaños.
Si algún árbol predomina en la ruta es justamente el castaño (Castanea sativa), razón por la cual creo que el momento más apropiado para hacer esta ruta es durante el otoño, un poco más aadelante cuando el frío empieza a hacer amarillear sus hojas , hacia finales de este mes de octubre.
Desde esta zona podemos adivinar a lo lejos, entre la densa vegetación, el Palacio de Mirabel, palacio de verano de los Reyes Católicos cuando visitaban Guadalupe , Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, actualmente en manos privadas. A partir de aquí, la ruta discurre paralelo al Guadalupejo donde podemos encontar especies botánicas muy interesantes.
A modo de ejemplo, además de los chopos que pueblan todo el recorrido podemos encontrar el arce de Montpellier (Acer monspessulanum) con hojas trilobuladas características de pequeño tamaño que le hacen fácilmente identificable, coriáceas, de un verde intenso por el haz y verde grisáceo por el envés.
Hojas y sámaras del Arce de Montpellier |
Presenta frutos alados denominados disámaras ( dos peueñas nueces aladas) que facilitan su dispersión por el viento.
Otro árbol interesante es el almez (Celtis australis), de hojas simples de borde aserrado, que soporta muy bien las sequías y la contaminación.Sus frutos son del tamaño de un garbanzo pequeño, primero de color verde y después negros; es una drupa, con una semilla y muy poco carnosa, comestible de sabor dulce.
Llama la atención un arbusto en el que podemos apreciar una especie de cuernos como los de una cabra que no debemos confundir con los frutos.
Se trata del cornicabra (Pistacia terebinthus), que presenta agallas en la forma descrita y de ahí su nombre. Las agallas son un tipo de excrecencia que se forma en algunos árboles como defensa ante la picadura de algunos insectos, en los que suelen dejar una puesta de huevos. Los frutos, del tamaño de un guisante, son de color rojo vivo, aunque con la madurez cambian al marrón.
Las especies mencionadas son solo una muestra entre las muchas especies vegetales que pueblan los bosques de ribera y las sierras aledañas, y no de menor interés . Y aunque no las mencione más detenidamente, los árboles por excelencia de la zona son el castaño (Castanea sativa) y el roble melojo (Quercus pyrenaica).
Siguiendo el camino nos encontramos con uno de los molinos que dan nombre a la ruta: el molino del Batán.
Reproduzco mediante fotografía el cartel que hay delante del batán:
Como se explica en el cartel del batán, estos ingenios se utilizaban para abatanar los paños y desengrasarlos, es decir darlos mayor densidad y conssitencia, quitar los nudos e irregularidades. No tengo información concreta de los paños aquí abatanados, aunque en la Real Audiencia de 1761 se reconoce la existencia de algunos batanes en la comarca. Se habla de fábrica de paños pardos, que eran aquellos que llevaban la gente más humilde; esto concretamente en Cañamero.
Al parecer el molino se ha transformado en una casa rural, por lo que no pudimos acceder a él, y no sé si tiene alguna maquinaria aún, pero la entrada se la ve un poco abandonada.
Seguimos río abajo y en nuestro encuentro con la carretera en la curvona encontramos unos edificios en ruinas.
En este caso se trata de las ruinas de una serrería o Fábrica de maderas de Don Eusebio, y de una antigua minicentral eléctrica.
Tomamos carretera abajo y pronto encontramos a nuestra izquierda un camino de cemento que nos lleva hasta la Villa de Guadalupe, donde terminamos nuestro recorrido.
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