Para ver otros detalles visitar : Ruta a la Lorera de la Trucha
Inicialmente, la idea era hacer una ruta más amplia pasando por la Lorera, que aún no conocía, subir al Hospital del Obispo y bajar por la Calera, Alía hasta encontrar el punto de partida. Este es el área de descanso de la Lorera de la Trucha, que se encuentra junto al río Guadarranque, en la carretera EX-102, de Alía a Puerto de San Vicente. Y decía que la ruta inicial era más amplia, pero me enamoré de la Lorera y eché allí mucho más tiempo del previsto. Y mereció la pena.
Llego con la bicicleta en el coche hasta el Área de Descanso mensionado y allí inicio la ruta en ella
Al poco de iniciar el camino, el valle se abre, con una llanura amplia y verde donde pacen las ovejas relajadamente.
Atravieso el río por un puente. Poco después, grandes cantidades de madera de pino que parece que lleva mucho tiempo sin sacar y posiblemente pudriéndose.
A partir de aquí, el carril emieza a subir. Muy cerca de la casa, en la primera curva, podríamos tomar la bajada hacia la Trucha, pero yo continúo hacia arriba hasta llegar al Collado de la Celadilla. Aquí hay una indicación hacia el Molino de la Trucha. Llego hasta el río, ahora andando, y para atravesarlo tengo que meterme en el agua pues no encuentro un paso a mano para hacerlo.
Posee una corteza lisa de color gris oscuro.
Hojas: Hojas ovales de un color verde
oscuro por el haz y verde claro sin brillo por el
envés. Son alternas y borde algo aserrado
Flores: Son pequeñas, compuestas por
cinco pétalos blancos. Se disponen en racimos y
suelen florece entre los meses de marzo y julio.
Fruto: Es una drupa de color verde al
principio que va tomando un color negro en su
madurez. Suele madurar desde el mes de agosto
hasta enero.
Observaciones: lo podemos encontrar en
pequeños bosques de loreras en el curso más alto
del Ruecas y El Brazo. Es una especie relicta,
representante de los antiguos bosques de niebla
terciarios, la laurisilva, que perduran en reducidos
parajes de su antigua extensión original debido a
unas condiciones climatológicas favorables.
Contínúo aguas arrriba y cada vez la lorera es más densa y mágica:
La anterior es una nueva prueba con Photosynth, aunque tampoco está muy conseguida. Incluso creo que se maneja mejor con el ratón directamente sobre las fotografías ( habrá que seguir intentándolo).
Me quedó una parte sin explorar por no llevar el mapa adecuado. Aunque con la bicicleta continué camino hacia el Hospital del Obispo, después de comer decido dar la vuelta y volver hasta encontrar el punto de partida.
De vuelta, me fijo lo destacado de los quejigos ( y también fresnos), con sus hojas recién salidas, de un verde claro e intenso y que destaca entre el verde más oscuro de las jaras y las encinas.
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