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¡Qué mejor que iniciar un recorrido fotográfico por el Canal!:
Previos a la ruta:
Inicié mi aventura desde Cañamero ( Cáceres). Estudié la posibilidad de llevar mi bicicleta hasta Narbonne en transporte público y allí iniciar la ruta en bicicleta. Tras leer las dificultades de transportar la bicicleta en tren por España ( hay que llevar embalada la bicicleta y transportarla en el mismo compartimento en el que vas, con lo cual debes alquilarlo completo porque podrías molestar a otros viajeros; con lo cual el precio del viaje se dispara), decidí que la mejor solución sería llegar en coche hasta Narbonne. Así lo hice. Creí que lo mejor sería tomar el tren hasta Toulouse y hacer el recorrido en sentido inverso para volver en bicicleta hasta Narbonne. Allí dejé el coche en el aparcamiento de la estación de tren. El coste de dejar allí el coche durante una semana era de , si no recuerdo mal, 37 euros. En Francia, el transporte de la bicicleta en tren era tan fácil como llevar la bicicleta contigo, con la leve incomodidad de encargarte de ella durante el trayecto, sin que nadie se moleste por ello. El precio del billete era el mismo que si viajas sin bicicleta. Al menos en eso debería aprender Renfe en España, porque eran bastantes los ciclistas que hicieron el trayecto Narbonne – Toulouse, intentando cada uno acoplarse en distintos vagones del tren para no saturar los vagones e ir un poco más cómodos. Dividí el recorrido en 5 etapas ( al final fueron solo cuatro), intentando que el final de cada una de ellas acabara en una población con camping. Estos son abundantes durante el trayecto. Suelen ser campings municipales, unos, apenas con los servicios esenciales, como el de Avignonet – Lauragais; otros con todos los servicios: piscina, restaurante, tienda, etc. como el de Carcassonne. Unos al lado del canal y otros, un poco alejados. Los horarios de las comidas son más tempranos que en España, con lo cual si llega tarde a un camping puedes encontrar que esté cerrado el restaurante y verte en algún aprieto.
Los “chemins de halage” ( traducido algo así como los caminos de sirga) son los caminos a ambos lados del canal desde los cuales los caballos tiraban de las barcazas con unas maromas o sirgas. Así se realizaba el transporte a lo largo del canal. A lo largo de los casi 200 km de recorrido los encontramos en todos los estados: asfaltados, de tierra en muy buen estado, amplios, cómodos; de tierra en muy mal estado, estrechos , con apenas una vereda y cruzados por raíces que alguna vez estuvieron a punto de hacerme dar con mis huesos en el agua del canal ( por suerte, eran los menos trayectos).
Practicamente toda la ruta discurre bajo imponentes plátanos de sombra ( Platanus hispanica), por lo que es una ruta ideal para el verano, además de tener un desnivel mínimo. A lo largo de la ruta iremos encontrando multitud de esclusas para salvar el desnivel del canal.
Mapa de la ruta:
Primera etapa:
Esta primera etapa, realizada en coche, me lleva desde Cañamero hasta La Seu d'Urgell ( 826 km y 9 h de viaje).
Desde Lleida me dirijo hacia La Seu y poco a poco me voy adentrando en los Pirineos. Es un paisaje desconocido para mí. A partir de Oliana la carretera discurre por un impresionante desfiladero del río Segre, atravesando diversos túneles bajo las moles de rocas grises, amarillas y rojas. El valle se abre en Coll de Nargó para volverse a cerrar, un poco más adelante, en otro desfiladero. Atravieso Organyá. Se ven masías y pueblos en lo alto de montículos a un lado y otro de la carretera, aparentemente difíciles de acceder a ellos con carreteras imposibles. Si tuviera que calificar a los habitantes, que no conozco, de esta comarca por su paisaje, seguramente les calificaría de altivos, pero también de corazón verde y grandioso.
Segunda etapa:
Desde Lleida me dirijo hacia La Seu y poco a poco me voy adentrando en los Pirineos. Es un paisaje desconocido para mí. A partir de Oliana la carretera discurre por un impresionante desfiladero del río Segre, atravesando diversos túneles bajo las moles de rocas grises, amarillas y rojas. El valle se abre en Coll de Nargó para volverse a cerrar, un poco más adelante, en otro desfiladero. Atravieso Organyá. Se ven masías y pueblos en lo alto de montículos a un lado y otro de la carretera, aparentemente difíciles de acceder a ellos con carreteras imposibles. Si tuviera que calificar a los habitantes, que no conozco, de esta comarca por su paisaje, seguramente les calificaría de altivos, pero también de corazón verde y grandioso.
Segunda etapa:
Salgo desde
Montferré, donde me he alojado en un camping, hacia Perpignan y
Narbonne. La carretera está, en general, en buen estado pero es muy
transitada. En la parte francesa, la carretera serpentea hacia el
valle del río Têt, un desfiladero espectacular con pueblos, de
nuevo, en las escarpadas laderas, con casas que se amontonan unas
encimas de otras en arquitectura circense. Muchas casas se ven
grises, con maderas en las puertas y ventanas en mal estado, vencidas
por la dejadez y el abandono.
Al poco me
encuentro Villefranche-de-Conflent y Fort Libéria, un pueblo
amurallado, imponente, con calles de sabor medieval aunque ahora
llenas de tiendas para los turistas: restaurantes, librerías de
viejos libros, artesanías, jabonerías. Decido aquí que es el
momento de comprar un pequeño detalle de jabones de suaves olores.
Reinicio
el camino y al poco encuentro una autopista que me lleva a Perpignan
y Narbonne. Busco la estación de tren y dejo el coche en el
aparcamiento de la estación. Un forfait de 7 días por 37 euros ny
el billete de tren hasta Toulouse por 23 euros. No soy el único
ciclista que se monta en el tren. Durante el trayecto veo el Canal,
perfilado por hileras de árboles que le franquean y le ensombrecen.
Pasamos por Carcassone y su ciudad medieval amurallada me parece
encantadora desde la distancia. Tengo ya ganas de llegar hasta allí
con la bicicleta para visitarla.
Estación de tren de Toulouse |
Llego
a Toulouse. Nada más salir de la estación veo el Canal. Ahora debo
buscar el camping “Le Rupé” que encontraré siguiendo el canal
hacia la derecha, saliendo de la estación. Lo localicé con Google
Maps y parecía sencillo llegar hasta allí. Toulouse es una ciudad
preparada para las bicicletas con carril bici en la mayor parte de
las avenidas, así como a lo largo del canal. Inicio la búsqueda del
camping. A 4 km de la estación hay un ensanchamiento del canal y de
allí sale otro canal hacia la derecha que he de seguir. Lo cojo por
el margen izquierdo. Me voy encontrando con asentamientos, tiendas de
campaña de gente un poco “rara”, gente en bicicleta, andando.
Tras otros 6 km,aproximadamente, me parece ver el camping. Accedo por
una puerta y observo un asentamiento con decenas de caravanas, gomas
de agua que atraviesan el terreno y cables de luz hasta las
caravanas, todo ello sin orden, con aspecto de dejadez, niños
corriendo de un lado a otro. Oigo que me gritan algo que no llego a
entender, pero con un tono como poco amigable, por lo que prefiero
salir de allí lo más rápidamente posible. Pregunto por el camping
y me indican que está muy próximo, y efectivamente, atravesando un
descampado lo encuentro. No es nada del otro mundo, aunque no está
mal . Los servicios están limpios. Tiene una pequeña tienda en la
recepción y un bar donde se puede comer algo, además de tomar una
cerveza.
Después
de instalarme, decido volver a Toulouse para conocerlo. Hago otros 10
km de vuelta y dada la hora, tomo otra cerveza y poco más.
Por
la noche se oye música desde el camping. Parece venir de alguna
discoteca de verano que me pareció ver cuando llegaba.
Tercera etapa: Camping – Toulouse
- Avignonet
Trayecto:
10 km ( camping – Estación de Toulouse) + 45 km ( Toulouse –
Avignonet) ( 3 h efectivas de pedaleo) + 19 km ( visita al pueblo y
alrededores).
Me
levanto temprano, a las 7 h. Ha debido llover algo durante la noche
porque hay muchísima humedad y la tienda está mojada. Recojo todo y
decido desayunar en Toulouse, en la estación de tren. El camping se
halla a 10 km, siguiendo los canales. Un buen desayuno que incluye
zumo de naranja, tostada, croissant y café con leche. Todo muy bueno
y apetitoso.
Allí
inicio el recorrido de regreso hasta Narbonne. Es conveniente empezar
por la margen derecha del canal ( en la dirección anteriormente
dicha), aunque algunos kilómetros más adelante es preferible cruzar
por alguno de los puentes al margen izquierdo, siguiendo el “chemin
d'halage” asfaltado ( el margen derecho no lo está).
Me
encuentro muchos ciclistas en pareja, grupos familiares, gente
corriendo de todas las edades. La ruta es agradable, toda
ensombrecida por unas interminables hileras de plátanos. Hoy el día
está nublado, chispea a ratos y en otros, el agua cae con más
fuerza, aunque por debajo de los árboles apenas se nota. El problema
es el aire que se ha levantado a media mañana. Cuando viene de
frente o de costado cuesta mantener la bicicleta en la trayectoria
adecuada. A ratos, las nubes se abren y dejan ver un poco el sol.
A
lo largo del canal voy encontrando pequeños barcos o yates que hacen
una travesía, y muchos otros “atracados” en la ribera derecha
del canal. Son auténticas viviendas, con sus mesas en la cubierta;
unos mejor cuidados, otros abandonados a su suerte; algunos con sus
flores, sus macetas, bien pintados, otros de aspecto descuidado,
dejando ver el hierro oxidado de sus cascos.
Me
detengo a ver pasar un barco por las numerosas esclusas que jalonan
el canal. Por fin llego a Avignonet-Lauragais. Nada más llegar a
ella, veo un cartel en la margen derecha que indica el camping, que
se encuentra a apenas 100 m.
El
camping es una parcela amplia, de buen aspecto,pero con los
serviciosmínimos. No hay bar, tampoco tienda donde comprar algo.
Nadie atiende la recepción. Un cartel avisa de que, a partir de las
17 h podré inscribirme. Mientras tanto me instalo donde deseo.
Como
no hay nada en el camping, decido visitar el pueblo y buscar algún
lugar donde comprar algo para comer. El pueblo está a unos 2 km del
camping. Tiene empinadas calles, casi completamente desiertas. Casa
bien cuidadas, con contraventanas de colores alegres. Bajo hasta la
carretera porque pienso que es en ella donde puedo encontrar algún
restaurante o bar. Efectivamente encuentro una pizzeria, pero que
solo abre por la tarde. Un poco más adelante, en dirección hacia
Carcassonne encuentro una tienda con horno donde hacen productos de
panadería. Compro un excelente milhojas de espinacas y queso de
cabra y un croissant con jamón, todo caliente, que junto a una
cerveza me sabe a gloria, porque además se me ha hecho tarde.
Vuelvo
al camping y descanso un rato. La tarde se me hace larga por lo que
vuelvo al pueblo a visitar la iglesia y dar una vuelta hasta un
parque eólico que existe en la parte alta del pueblo.
Cuarta etapa: Avignonet –
Carcassonne
Me levanto, de
nuevo, temprano. A las 7h ya estoy recogiendo. He decidido hacer dos
etapas en una, ya que la primera era más bien corta, apenas 22 km y
visto que el ritmo que llevo es aceptable me parece demasiado corta.
Iré directamente hasta Carcassonne. En total 77 km hasta llegar al
camping.
A apenas 3 km
del camping de Avignonet encuentro un pequeño lago, con puerto y
restaurante, Port Lauragais. Nada más dejarlo atrás, un cartel
anuncia que abandono la Alta Garona y, enseguida, el afable camino
deja de estar asfaltado. Se van sucediendo tramos aceptables con
otros que son una simple vereda. Llego a la esclusa de l'Océan,”
des partages des eaux”. Es el punto culminante del canal y línea
divisoria de las aguas , siendo abastecido por otro canal. En el
lugar hay un jardín botánico, un canal circular y un espectacular
camino entre plátanos. Aquí me despisto y nadie sabe darme
explicaciones para seguir el canal ( debí haberlo cruzado a la
entrada de la esclusa y seguir por la derecha), así es que opto por
bajar por una carretera . Un ciclista me indica que, un poco más
adelante, puedo cruzar por un puente y acceder de nuevo al canal. El
camino por la derecha es muy malo y me desanima, apenas una vereda
con rodadas de bicicleta marcadas en el barro seco,muy desigual lo
que le hace difícil y hasta peligroso, teniedo en cuenta el peso que
porta la bicicleta. En la siguiente esclusa, el camino mejora. A
partir del km 17 aproximadamente, antes de Castellnaudary, el camino
está asfaltado hasta algún kilómetro después de pasar dicha
población. Desde allí hasta Carcassonne, el camino mejora y empeora
alternativamente. Hay que tener especial cuidado con algunas raíces
ya que por esquivarlas realizando moviientos bruscos pueden hacerte
caer ( y peor si es al agua). Es posible abastecerse de agua en
varios lugares del trayecto; también en alguna esclusa te pueden
servir bebidas, o café.
Llego a
Carcassonne hacia las 12,30 pero me cuesta encontrar el camping ya
que está alejado del canal, aunque cerca de la “Cité” medieval.
La primera imagen me impresiona.. El camping está bien, amplio,
con todos los servicios. Cuando voy a refrescarme encuentro que las
duchas solo tienen agua caliente. Decido ir a la piscina, donde el
agua está fresca.
La tarde la
dedico a visitar la ciudad medieval. Está muy bien conservado y es
espectacular las vistas, las murallas. El interior está todo lleno
de restaurante y tiendas para los turistas. Cojo una audioguía para
tener algo de información.
Quinta etapa: Carcassonne – Homps
Hoy decido
levantarme un poco más tarde, hacia las 8 h, porque creo que el día
va a ser más relajado. Según tengo calculado, serán unos 45 km de
trayecto. Desde el camping me han indicado cómo llegar fácilmente
al canal y así ha sido ya que la noche anterior había conocido un
poco la villa nueva mientras buscaba dónde comer algo.
Al principio, el
camino, aunque esté sin asfaltar, es cómodo como otros días
-camino amplio, de 2,5 m de ancho aproximadamente y buen suelo- y se
alterna con tramos donde el camino se reduce a una vereda profunda de
tanto rodar las bicicletas; cuando te encuentras cn alguien, alguno
ha de pararse. Adelantar es aún más difícil.
Hoy he pasado
realmente sed. Aunque en losmapas aparecen puntos de agua no existen
tales o estaban lo suficientemente escondidos para no encontrarlos.
Unos kilómetros antes de la esclusa de “Aiguille” leo que en la
esclusa se sirven bebidas frías. La boca se me va haciendo agua
pensando en la rica cerveza que me beberé. Al llegar, el bar está
cerrado y el punto de agua y servicios también cerrados. Por fin
unos kilómetros más adelante, en la Redorte, atravesando un punto
sobre el canal me tomo una rica cerveza y hago repuesto agua fresca
en el mismo bar.
En mis hojas no
tengo anotado que haya camping en Homps y aprovecho que me encuentro
con una pareja con los que ya crucé ayer algunas palabras. Es una
pareja que viene desde Burdeos. Él tiene una disfunción en las
piernas y viaja en un triciclo. Muy amables se detienen y miran en
sus mapas ( yo no llevo ninguno) y me indican que el camping más
cercano a mi destino está en Lézignan de Les Corbiéres, a unos 5
km desde el canal por la carretera 611, a tomar desde la primera
esclusa, la de Homps, después del pueblo del mismo nombre. Me dicen
que en el pueblo hay “chambres d'hôtes” y un albergue, pero
prefiero ir al camping, cosa de la que después me arrepentiré
mucho.
Arte en el canal |
Viendo la hora
que es decido comer algo en un restaurante al lado del canal: una
ensalada verde con queso de cabra caliente ( buenísima) y viendo que
es famoso el “cassoulet au confit de canard” ( es decir, unas
judías blancas con confit de pato muy , muy ricas). Algo fuerte para
seguir pedaleando, como me dice el camarero, pero pienso que 5 km no
me exigirán mucho esfuerzo. Por último, un café solo. Reposo un
poquito y continúo el camino.
Comiendo un rico melón amarillo |
Empiezo a
pedalear en una carretera en muy buen estado pero oscura como el
carbón, mucho tráfico y a alta velocidad. La carretera empieza a
empinarse un poco y el calor y el cansancio empiezan a hacer mella,
pero creo estar a 5 minutos ya. Una llamada de mi mujer me hace
detenerme junto a un viñedo,con lo que aprovecho para comerme
unpequeño gajo de uvas negras, de buen sabor pero un poco calientes.
Sigo el camino. La carretera empieza a empinarse más y lo que iban a
ser 5minse tercian en 40 minutos. Tras una subida vislumbro Lézignan,
y en la bajada, ya en el pueblo, la rueda de atrás se queda
bloqueada. He perdido un tornillo ( también en mi cabeza) pero la
suerte me sonríe porque un tornillo del protector de los piñones me
vale y consigo sujetar de nuevo el portamaleta. No encuentro a nadie
para preguntar. Me meto hacia una urbanización “Cité Escouto can
Plaou”, pero no me da buena impresión lo que veo y decido darme
la vuelta. Sigo bajando por la carretera y, de nuevo, la suerte me
sonríe: encuentro un indicador hacia el camping. No tardo en llegar.
Un último escollo: el camping está en una ladera y para llegar a la
parcela que me asignan debo subir una calle muy empinada, pero mis
piernas lo aguantan todo ( gracias al cassoulet). Me instalo y
después de beberme un litro y medio de agua voy a ducharme. Por
desgracia las duchas solo tienen agua caliente, pero al menos, el
aire me refresca. Más tarde encuentro duchas de agua fría pero que
están al aire libre, no en los aseos.
Me pregunto a
qué viene tanta gente a un camping como el de Lézignan, que está
bien, salvo personas extraviadas como yo, ya que, a falta de más
información, aquí no hay monumentos ni una naturaleza
espectcular....
En total han
sido 62 km en 4 h.
Sexta etapa: Homps – Narbonne:
Trayecto: 45 km
hasta la estación de tren de Narbonne + 5 km por la ciudad
El regreso por
la carretera 611 desde Lézignan hasta el canal se hace muy bien por
unos 8 km de carretera en buen estado, llana y a primera hora de la
mañana, que hace más agradable el camino hasta Roubia. A la entrada
del pueblo encuentro un chico joven que va en bicicleta, pero que es
del lugar.Me indica por qué lado del canal debo ir y también que,
pasado Le Somail el canal pasa por encima de un río de aguas
cristalinas y así es, cuando llego allí bajo al río y me doy un
agradable baño en sus aguas. Poco más adelante, el canal se divide
en dos. Para llegar a Narbonne debo coger el de la derecha,
saliéndome ya del Canal du Midi y tomando el de unión al Canal de
la Robine, que es el que llega hasta la ciudad. Atravieso el pueblo
de Sallèles – d'Aude y en la siguiente esclusa, la de Gaillousty,
no sé por dónde seguir. Según el mapa que llevo, me indica que
debo coger por la derecha y eso me lleva por una carretera estrecha
hasta un pueblo rodeado de viñedos. En Saint-Marcel sur Aude
pregunto y me indican que el camino hacia el Canal de la robine se
toma en la anterior esclusa. Vuelvo hacia atrás. En la esclusa
pregunto, en compañía de una pareja de ciclistas que como yo andan
perdidos, a un señor que nos indica el camino: pasado la esclusa se
toma una vereda estrecha a la izquierda hasta subir a las vías del
tren, debiendo cruzar el río a través del puente de la vía férrea.
Al finalizar el puente se toma una rampa a la derecha del puente que
baja hasta el camino que se debe seguir. Llego rápidamente a la
esclusa de Moussoulens, donde comienza el Canal de la Robine. Desde
ahí, por el camino de la derecha se llega hasta Narbonne sin más
incidencias.
Merece la pena
visitar la inacabada Catedral, el Palacio del Arzobispo, el Museo
Lapidario. En un mercado cerca de este último puedo comprar algunas
botellas de vino que, posteriormente, he compartido con los amigos,
además de algunos botes de foie y una lata de confit de pato, todo
bastante bueno. Por la tarde me acerco ya en coche hasta la playay
busco un camping donde pasar la última noche. Por cierto muy caro,
aunque disponía de servicio completo individual para cada parcela.
Au revoir
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