Hoy soy yo quien mira tus ojos. Ojos que miraron tantas miradas, ojos que guardaron de tantas miradas con el velo nictitante que cubrió sus vergüenzas.
Hoy sueño los habitantes que reflejaron tus cristales en las noches oscuras, y la luz les traicionó.
Veo al niño que descubrió su primer amor a través de ti y dibujó con el dedo un corazón y unas iniciales en el vaho que se formó en una fría tarde de abril.
Un joven cercenó tu voluntad protectora y te abrió de par en par, asomándose inquieto mientras los minutos se paraban ingrávidos de tanto esperar.Vibraste con los latidos de su corazón cuando la vio llegar, te cerró de golpe y lo viste correr calle abajo.
En los días grises fuiste el pañuelo que empapó las lágrimas de soledad y olvido.
Tras de ti, el primer beso y el último, las caricias tiernas y el desasosiego por la espera, los momentos simples de cada día y la celebración de algo especial, los días largos y los instantes breves, el amor y el desamor.
En la vejez te olvidaron y el tinte del tiempo te dio la pátina de lo inolvidable mientras la vida dentro se enlentece hasta detener las horas con la muerte.
Foto: B. Cruz . Mogarraz (Salamanca) |
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