El canal du Midi, o Canal del Mediodía francés, se extiende entre las localidad de Toulouse y Sète, en la costa mediterránea. La idea inicial era la de unir las costas del Atlántico y el Mediterráneo. Y efectivamente entre Toulouse y Burdeos se construyó en Canal de la Garona, todo en la época dorada de la navegación fluvial, antes de la aparición del ferrocarril. Incluyo varios enlaces en los que se puede encontrar información muy variada sobre el canal:
http://www.canalmidi.com/
http://www.canal-du-midi.org/
http://www.canaldumidi.com/Languedoc.php
¡Qué mejor que iniciar un recorrido fotográfico por el Canal!:
Previos a la ruta:
Inicié mi aventura desde Cañamero ( Cáceres). Estudié la posibilidad de llevar mi bicicleta hasta Narbonne en transporte público y allí iniciar la ruta en bicicleta. Tras leer las dificultades de transportar la bicicleta en tren por España ( hay que llevar embalada la bicicleta y transportarla en el mismo compartimento en el que vas, con lo cual debes alquilarlo completo porque podrías molestar a otros viajeros; con lo cual el precio del viaje se dispara), decidí que la mejor solución sería llegar en coche hasta Narbonne. Así lo hice. Creí que lo mejor sería tomar el tren hasta Toulouse y hacer el recorrido en sentido inverso para volver en bicicleta hasta Narbonne. Allí dejé el coche en el aparcamiento de la estación de tren. El coste de dejar allí el coche durante una semana era de , si no recuerdo mal, 37 euros. En Francia, el transporte de la bicicleta en tren era tan fácil como llevar la bicicleta contigo, con la leve incomodidad de encargarte de ella durante el trayecto, sin que nadie se moleste por ello. El precio del billete era el mismo que si viajas sin bicicleta. Al menos en eso debería aprender Renfe en España, porque eran bastantes los ciclistas que hicieron el trayecto Narbonne – Toulouse, intentando cada uno acoplarse en distintos vagones del tren para no saturar los vagones e ir un poco más cómodos. Dividí el recorrido en 5 etapas ( al final fueron solo cuatro), intentando que el final de cada una de ellas acabara en una población con camping. Estos son abundantes durante el trayecto. Suelen ser campings municipales, unos, apenas con los servicios esenciales, como el de Avignonet – Lauragais; otros con todos los servicios: piscina, restaurante, tienda, etc. como el de Carcassonne. Unos al lado del canal y otros, un poco alejados. Los horarios de las comidas son más tempranos que en España, con lo cual si llega tarde a un camping puedes encontrar que esté cerrado el restaurante y verte en algún aprieto.
Los “chemins de halage” ( traducido algo así como los caminos de sirga) son los caminos a ambos lados del canal desde los cuales los caballos tiraban de las barcazas con unas maromas o sirgas. Así se realizaba el transporte a lo largo del canal. A lo largo de los casi 200 km de recorrido los encontramos en todos los estados: asfaltados, de tierra en muy buen estado, amplios, cómodos; de tierra en muy mal estado, estrechos , con apenas una vereda y cruzados por raíces que alguna vez estuvieron a punto de hacerme dar con mis huesos en el agua del canal ( por suerte, eran los menos trayectos).
Practicamente toda la ruta discurre bajo imponentes plátanos de sombra ( Platanus hispanica), por lo que es una ruta ideal para el verano, además de tener un desnivel mínimo. A lo largo de la ruta iremos encontrando multitud de esclusas para salvar el desnivel del canal.
Mapa de la ruta:
domingo, 29 de enero de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
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martes, 17 de enero de 2012
Ruta por la Vía Verde de las Vegas del Guadiana - Las Villuercas
Inicié la ruta en la estación de Logrosán. A la izquierda podremos ver la iglesia de San Mateo que destaca por encima de los tejados. Más arriba, al fondo, el Cerro de San Cristobal.
El suelo de la Vía de es de grava, con dos zonas, una sobre una capa de asfalto que facilita la movilidad en bicicleta; la segunda zona, sobre tierra compactada . Como todas las Vías Verdes, el camino es llano, sin embargo, en ocasiones, la capa de grava es tan profunda que dificulta el movimiento de la bicicleta.
Los primeros pasos discurren por un terreno apenas sin árboles con pastos para ganado ovino y bovino. A estas alturas del año, los pastos están verdes y es un placer pedalear por estos caminos con un pedaleo alegre y festivo. Una de las sorpresas es encontrar un nido de cigüeñas con un indeterminado número de cigüeñinos sobre uno de los antiguos postes del cableado eléctrico de la vía, sobre los que se han puesto plataformas para facilitar el anidamiento. Las cigüeñas me miran sorprendidas, expectantes, ya que son pocos los caminantes y ciclistas que se aventuran por esta vía. En todo el trayecto, de 55 km de distancia apenas me encontré con un pequeño grupo de ciclistas a los que saludé como si llevara años de soledad.
Poco a poco te ves rodeado de dehesas de encinas, esencialmente. Una dehesa llena de vida, espectacular en los colores, de encinas fuertes, de troncos retorcidos a veces, otras rectos. No creo en los estereotipos que clasifican a las personas, pero estas encinas me hacen pensar en la mujer extremeña como una mujer de carácter recio, fuerte y a la vez acogedora y protectora de todos sus hijos, porque así es también la encina.
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viernes, 13 de enero de 2012
La ventana
Hoy soy yo quien mira tus ojos. Ojos que miraron tantas miradas, ojos que guardaron de tantas miradas con el velo nictitante que cubrió sus vergüenzas.
Hoy sueño los habitantes que reflejaron tus cristales en las noches oscuras, y la luz les traicionó.
Veo al niño que descubrió su primer amor a través de ti y dibujó con el dedo un corazón y unas iniciales en el vaho que se formó en una fría tarde de abril.
Un joven cercenó tu voluntad protectora y te abrió de par en par, asomándose inquieto mientras los minutos se paraban ingrávidos de tanto esperar.Vibraste con los latidos de su corazón cuando la vio llegar, te cerró de golpe y lo viste correr calle abajo.
En los días grises fuiste el pañuelo que empapó las lágrimas de soledad y olvido.
Tras de ti, el primer beso y el último, las caricias tiernas y el desasosiego por la espera, los momentos simples de cada día y la celebración de algo especial, los días largos y los instantes breves, el amor y el desamor.
En la vejez te olvidaron y el tinte del tiempo te dio la pátina de lo inolvidable mientras la vida dentro se enlentece hasta detener las horas con la muerte.
Foto: B. Cruz . Mogarraz (Salamanca) |
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