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Desde la piscina municipal de Cañamero, tomamos la antigua carretera de Berzocana. El asfalto es viejo, granuloso y podemos encontrar algún que otro bache pero, en general, no hay mucho problema. La pendiente de subida hasta el puerto es, más o menos, constante y suave. A ojo, calculo un 4 % aproximadamente. A un kilómetro, podemos encontrar la carretera que lleva al Centro de Interpretación de la ZEPA ( Zona de Especial Protección para las Aves) y a la presa Cnncho del Fresno. Desde el muro de la presa podemos ver una bonita vista del valle alto del Ruecas con el fondo del Pico de Las Villuercas,a 1601 m de altitud.
Nosotros continuamos el camino hacia el puerto de Berzocana entre fincas dedicadas al cultivo del olivo, castaños y cerezos. También hay plantaciones de pinos ( Pinus pinaster) y en cuanto a vegetacion silvestre nos encontramos robles (Queercus pyrenaica), alcornoques ( Q. suber), madroños (Arbutus unedo), jaras ( Cistus ladanifer, C. salvifolius) , retamas (Cytissus scoparius, C. striatus) y brezos ( Erica australis, E. arborea y Calluna vulgaris). Más arriba podemos encontrar pinas ( Pinus pinea), el pino de los piñones, de copa redondeada. Nos movemos en la vertiente oeste de la sierra de la madrila, cuya parte superior está, en parte, desforestada debido a los incendios.
Al llegar al puerto, hacemos la rotonda y salimos por el único carril de tierra que sale desde la misma rotonda. Es una cuesta empinada, de bastante pendiente, pero de solo unos 100 m, a partir de ahí la pendiente se va suavizando hasta encontrar el pnto más alto de nuestro recorrido a unos dos kilómetros del puerto. A partir de ahí, casi todo es bajada, salvo pequeñas subidas, hasta encontrar la carretera que va de Logrosán a Berzocana. Este carril, desde una carretera a la otra, tiene una longitud de unos 8 km. No está mal, tiene algunas piedras sueltas, pero de pequeño tamaño. El susto lo pueden dar piñas que caen de los pinos, al tratar de evitarlas y cogerlas con la rueda por el lateral, lo que te puede desequilibrar. Por lo demás, con cierto cuidado, te puedes dejar llevar y coger buena velocidad. Poco antes de llegar a la mencionada carretera, pasremos por debajo de una línea de alta tensión, cuyos cables se encuentran relativamente bajos sobre el carril. Lo cierto es que me impone un poco pasar por debajo porque oigo el crepitar de los cables y siento, además, la electricidad estática que se crea en mi pantalón en los puntos en los que, al pedalear, se junta y se separa de mi piel. Poco después encuentro unas piscinas que sirven de almacen de agua para la extinción de incendios. Nos podemos refrescar allí, aunque no recomiendo que se beba.
Por fin llego a la carretera. Tomo hacia la derecha, que es dirección a Berzocana. La vegetación se semejante: robles, pero ahora encuentro encinas en vez de alcornoques, de los que puedo ver alguno. Además, hay fincas dedicadas a la cereza y a la castaña, como la Finca La Cancha. Ahora es un sube y baja en la carretera, encontrando tramos en los que pasamos por debajo de túneles que forman los robles de un lado y otro de la carretera. Unos 4 km de carretera, y tomamos un carril de tierra a nuestra derecha que pronto empieza a subir, al principio más suavemente; después, la pendiente se hace mayor hasta un 10%. Me he entretenido en calcularla sino hubiera dicho que era mayor porque la cuesta se me hizo un poco larga, pero es que el calor también empezaba a apretar.Miro hacia arriba y las nubes parecen tenderme una mano
de ayuda, lo que me anima a pedalear con fuerza, aunque lentamente. Después de una curva bastante cerrada, la pendiente se suaviza, e incluso hay una pequeña bajada. Siempre que teniendo que subir me encuentro pequeñas bajadas, ya sé lo que me espera, y es que habrá que recuperar la bajada. Dando hacia la otra vertienete, la bajada también es empinada y es un placer dejarte llevar por la velocidad de la bicicleta. Hacia el final de la bajada encontramos otro carril que sale baja hacia la derecha. No debemos tomar ese carril sino el mejor, el más ancho que gira hacia la izquierda. Atravesamos un puente sobre un arroyo y comenzamos otra subida hasta encontrar, de nuevo, la carretera de Cañamero a Berzocana. El último tramo, antes de conectar con la carretera, se hace un poco duro también.
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Pinturas en el Risquillo de Paulino |
Por fin tomo la carretera hacia la derecha, en dirección a Cañamero. La subida es suave ahora. En el km 25, aproximadamente encontramos un castañar. A la derecha, según entramos en él podemos encontrar un sendero que nos lleva hasta el Risquillo de Paulino, un risco con pinturas rupestres interesantes de ver. Un kilómetromás adelante nos encontramos la Fuente de la Teja. Nunca la había visto sin agua hasta el final de este verano.Un poco más de subida y llegamos de nuevo al puerto de Berzocana. Desde allí podemos volver por el mismo camino hasta Cañamero, pero por cambiaralgo decido cambiar algo el recorrido. A unos 100 m del puerto, en la dirección por la que subimos, tomamos un carril de tierra.Se trata del antiguo camino de Berzocana a Cañamero. Bajamos por él. No hace mucho que lo arreglaron y está mejor y es menos peligroso, con menos piedras grandes sueltas. Encontramos de nuevo la carretera y ahora seguimos por ella porque el resto del camino sí tiene grandes piedras que dificultan ir por él . Este continúa al otro lado de la carretera, justo en frente. Bajamos porla carretera. Unos dos kilómetros después encontramos un carril de cemento, que tiene una bajada inicial muy pronunciada. Tenemos a la vista Cañamero. Nos moveremos por un camino en el que encontramos huertos y algunos frutales. El final del carril nos lleva hasta la piscina municipal donde damos por finalizado el recorrido.
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Bajada hacia Cañamero por el antiguo camino de Berzocana |
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Carretera de Logrosán a Berzocana |
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Vista de Berzocana |
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Fuente de la Teja, en la carretera de Berzocana a Cañamero |
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