CAMINO DEL CANAL DESDE LES PARDINES A PRATS

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Desde la rotonda del Funicamp, en Encamp, subimos en coche hacia Els Cortals. A la altura de Les Pardines dejamos el coche en el aparcamiento. Desde ahí iniciamos el camino andando. Desde el aparcamiento volvemos hasta la carretera dels Cortals. Subimos por ella unos 500 m hasta la primera curva donde encontramos un indicador en madera: Camí del Canal.

En los primeros metros encontramos una casa y ahí el camino es ancho, una pista para coches. Muy pronto el camino se estrecha y nos adentramos en el bosque de pino.

Pronto llegamos al riu dels Cortals, que atravesamos por un puente de madera.

El resto del camino es un camino estrecho que discurre entre pinos y boj, especialmente, con unas magníficas vistas.

El desnivel de la ladera es grande y por eso casi todo el camino se encuentra un poco al límite del precipicio.

Más adelante, encontramos un mirador desde el que tenemos vistas sobre el Santuario de Meritxell; poco más adelante un pequeño túnel excavado en la roca y poco después, una cantera de extracción de pizarra.

A continuación llegamos a una zona de prados verdes y un mirador donde encontramos un banco que nos permite sentarnos y admirar el paisaje.

Ahí se inicia la bajada hacia Prats, para lo que, en un cruce, dejamos a la izquierda el camino a Meritxell y pronto un puente de madera que nos permite atravesar un arroyo que presenta una pequeña cascada.

A unos pocos metros encontramos la carretera que baja, a unos 300 m, hasta la iglesia de Sant Miquel de Prats, una pequeña iglesia del "románico rural" según consta en el texto que figura a la puerta de la iglesia.

El día apuntaba a tormentas hacia el mediodía y vemos que el cielo se pone cada vez más gris, por lo que decidimos volver por el mismo camino.
Además, de pino rojo, y negro, boj y enebros, encontramos fácilmente fresas silvestres que, en este momento, están en flor y también el suelo lo tapiza la planta del arándano. Podemos ver algunos que aùn están verdes

Si queremos hacer un camino más largo podemos ampliarlo por ambos sitios: desde el aparcamiento podemos continuar hacia el lago de Engolasters y continuar el camino hacia el Madriu. En dirección opuesta, desde Prats podríamos llegar hasta Canillo y desde allí seguir el Camino de Gallo, que tengo en otra entrada de este blog, hasta Soldeu.

PARIS EN 3 DÍAS

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Primer día de visita en París. Comenzamos en el Sagrado Corazón . Impresionante su majestuosidad. Subir sus escalinatas es un placer y, por momentos, difícil de hacer por la cantidad de turistas, cada uno con nuestra cámara de fotos buscando lo imposible, aparecer solo en una fotografía.

Imprescindible la visita a las calles y plazas aledañas donde encontraremos los pintores y dibujantes a la caza de modelos. Sí, se respira ese ambiente bohemio aunque contaminado por el ir y venir de los turistas, pero justo eso lo mantiene.

Tomarse algo en una terraza de la Place du Tertre, rodeado de gente, los dibujantes con sus lápices y pinceles, es un placer pero también caro ( un vino de poca calidad por más de 6 euros), pero es una ocasión especial.

Bajamos hacia Grands Boulevards. Bajando por la rue Faubourg Montmartre, casi en el cruce con el Boulevard Montmartre encontramos el Bouillon Chartier, un restaurante muy concurrido y en el que merece la pena pararse a comer . El ambiente es distinto, posee una atmósfera especial, bulliciosadonde comes codo con codo ( literalmente) con otros comensales lo que puede favorecer, si el idioma lo permite, establecer una conversación. Las mesas sean muy pequeñas, eso sí. El origen, al parecer, se remonta a 1896 con la intención de "dar una comida digna por un módico precio". Tiene un enorme salón y una parte superior donde caben más de 300 personas y suele estar lleno.El camarero te hará la cuenta sobre el mantel mismo ( de papel, claro) de la mesa. La cola en la entrada puede ser muy grande pero avanza rápidamente. El menú ronda los 20 euros con el vino de la casa, que no estaba malo , lo que es un precio asequible a los precios de París.

A poco más de 100 m, en el Boulevard Montmartre encontramos dos pasajes que merecen visitarse: el Passage des Panoramas y, al otro lado de la calle, el Passage Juffroy. Dos pasajes llenos de encanto.

Passage des Panoramas

Passage des Panoramas

Passage des Panoramas

Passage de Jouffroy

A partir de ahí, tomamos el Boulevard des Italiens por donde llegamos a Opéra. 

Después de la parada continuamos por el Boulevard des Capucines hasta la iglesia de la Madeleine, con unas imponentes columnas a su alrededor.

 El interior es una iglesia más bien oscura pero hermosa, que invita al relax y a la reflexión con imágenes clásicas y menos.

Continuamos por la Rue Royale hasta la Place de la Concorde, que es impresionante desde esta entrada.

Tras las fotos típicas en las fuentes y el monolito, tomamos los Campos Elíseos, haciendo paradas en jardines y tiendas, hasta llegar al Arco del Triunfo.

Desde aquí, por la Avenida Kléber llegamos hasta Trocadéro desde donde encontramos hermosas vistas de la Torre Eiffel.

Puede parecer un tópico pero creo que no hay que perderse su visita. Y creo bien que lo merece. Recomiendo la subida andando, creo que merece la pena porque vas, poco a poco , apreciando las vistas, la estructura de la torre, y no es cansado si se sube al ritmo adecuado, además de ser más barato y con menos colas. Es más, recomendaría que la hora apropiada sea subir a última hora del día para que puedas apreciar las vistas de día y dejar que anochezca allí y ver las de noche. A partir de cierta hora, ya de noche, la bajada es obligatoria por el ascensor. En horas anteriores, solo puedes bajar en ascensor si has subido en él.

Solo queda picar algo y tomar el metro de vuelta al hotel.
2º día de visita

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Empezamos el día con la visita al Louvre lo que nos lleva toda la mañana y parte de la tarde (no es necesario decir que para verlo completo se necesitarían varios días), viendo lo que más nos llega a interesar, además de la visita obligada a La Gioconda, Venus de Milo, La Victoria de Samotracia. Especialmente me interesan las civilaciones antiguas mesopotamica, egipcia, griega, etrusca.

Después de comer en el museo y hacer la visita de tarde a las cosas de mayor interés para nosotros, dejamos el museo y pasamos al Jardin des Tuilleries. Además del jardín, es un buen sitio para hacer un merecido descanso. Podemos encontrar alrededor de los estanques y en los paseos multitud de sillas, algunas con respaldo reclinado en el que hacer una pequeña siesta. Recomiendo esto porque es una buena manera y un buen lugar de hacer un buen descanso y psteriormente seguir camino, además de que es de los pocos lugares en París en
el que podrás sentarte en una silla y no pagar por ello.

Desde él, atravesamos el Sena y giramos en dirección a Notre Dame. Visita obligada para una primera vez. No es mi primera vez, pero hace tantos años de mi anterior visita que es necesario volver a todos estos sitios y, a cada paso, rememoras las andanzas de aquella vez, en unas condiciones muy distintas pero inolvidables y con un velo de nostalgia, de ensueño, de satisfacción, de experiencia única.

Después de esta visita vamos en dirección a Les Halles, una barriada con mucho ambiente, restaurantes y bares donde tomar una cervecita y cenar, para acabar el día.
3erdía de visita

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Empezamos el día en el Museo de Orsay. Uno de mis grandes favoritos porque me encanta el impresionismo. Para llegar hasta él nos bajamos en la estación de metro de Solférino, desde la cual hay un acceso directo al museo aunque estos días estaba cerrado por obras. Cualquier guía dará sobrada información y mejor que la queyo pueda dar aquí. Pero sí que es unplacer estar delante de los grandes pintores y cuadros del impresionismo: Manet, Monet, Degas, Cézanne,... Disfrutar de Van Gogh, de Toulouse-Lautrec, etc.

Aprovechamos bien la mañana y decidimos salir para ir a comer, un poco tarde, en el Café-Restaurante Procope,el primer café literario, situado en la Rue de l'Ancienne Comédie. Fue el lugar de reunión de pensadores y escritores en París, entre ellos Voltaire, Rousseau y Didérot. Es algo más caro y lujoso que el Bouillonn Chartier pero al mediodía hay menús asequibles ( poco más de 20 euros) si no se pide botella de vino, claro está.Pero merece la pena.

He leído que aquí se exhibió por primera vez el gorro frigio, típico en esas imágenes de la Revolución francesa como símbolo de la libertad.

Conviene una siesta después de la comida y por allí no hay mejor sitio que acercarse a los Jardines de Luxemburgo.

Monumento a los estudiantes de la Resistencia francesa

También allí podemos encontrar, alrededor del estanque, sillas, algunas con respaldo inclinado para relajar un poco el cuerpo y la mente.

Después del merecido descanso, tomamos elBoulevard Saint Michel y siguiendo todo recto, atravesar el Sena por dos puentes, cerca de Notre Dame, llegar a la Torre Saint-Jacques y poco más adelante encontrar el Centro Pompidou.

Esa es una zona cercana a la del día anterior, por donde podemos encontrar umerosos cafés y restaurantes donde dar finalizada la visita.
En realidad quisimos darno un último homenaje paseando por Paris antes de volver al hotel, sabiendo que al día siguiente habría que volver a casa.

Notas prácticas:
Dependiendo de lo que cada uno le guste andar o si necesita de medios de transporte para moverse, y aunque a mí me recomendaron sacar al menos el bono de transporte ( 27 euros por persona para 3 días) , no lo hice y realmente no me gasté ni mucho menos en transporte;eso sí, sacando un bono de 10 viajes de metro.Si os gusta andar, podéis ahorrároslo.
También es habitual una tarjeta para visita a museos. Disparatado para 3 días( unos 130 euros por persona para tres días). En realidad, visitar Louvre, Orsay, Torre Eiffel y algo más sale mucho más barato comprando solo estas entradas porque la visita a cualquiera de estos museos te lleva muchísimo tiempo y no amortizas la tarjeta. Por otro lado, las entradas a los museos las compré en oficinas de turismo en París me cobraron algo así como 3 euros por gastos de gestión en total y te ahorras la cola de entrada en los museos, aunque no es la entrada vip. Y por último, la visita a la Torre Eiffel, si eliges bien la hora ( a última hora de la tarde, apenas haces cola, y menos si subes andando