CAHORS.
Comenzamos la ruta en Cahors. Es una pequeña ciudad del Midi-Pyrenées, departamento de Lot. Rodeado en gran parte por un meandro del río Lot que ha excavado un profundo valle de paredes escarpadas. Accesible por varios puentes, destaca el puente fortificado de Valentré. No voy a dar mucha información que seguramente encontraremos más extensa y más detallada en multitud de páginas. Me centraré en mis fotografías que inviten a visitar esta bonita ciudad.
De la catedral lo que más me gustó fue su claustro.
Pero no está nada mal pasear por su interior:
Me llamó la atención de esta cruz sobre la pobreza. Conviene detenerse y leer lo que pone:
ROCAMADOUR:
Desde que vi alguna foto de Rocamadour me sentí enamorado de esa población situada en el Cañón de Alzou, y para nada me decepcionó.
Visitar la ciudad medieval, subir la Gran Escalera y entrar por la puerta de los Peregrinos al Santuario. Bien merece la pena.
Si además, cuando entras en el Santuario encuentras la actuación de un coro pareces estar en la gloria.
Y desde allí, subir por el Chemin de Croix( Camino de la Cruz) hasta el castillo, un camino agradable y bien sombreado. El castillo no se puede visitar pero bien merece lapena subir hasta allí
GOUFFRE ( SIMA) DE PADIRAC:
A unos 15 km de Rocamadour encontramos la Sima de Padirac, una gran oquedad verde con una abertura al cielo de un diámetro de unos 30 m y una profundidad de unos 80 m. Se accede a la base a través de unas escaleras o un ascensor.A partir de ahí se sigue bajando por unas escaleras hasta encontrar un pequeño río. Un camino permite andar al lado del río, tenuemente iluminado. Llegados a un embaradero, se continúa en barca en un tramo. De nuevo se llega a otro embarcadero y realizas un recorrido por una cueva más típica, con estalctitas y estalagmitas, pequeños lagos de colores azulados y formaciones más extrañas en forma de plato y que se ocasionan cuando las gotas de agua caen desde una altura considerable ( la bóveda alcanza los 90 m de altura) y se expanden al caer.
CARENNAC:
Merece la pena darse un vuelta por este bonito pueblo, calles medievales, antiguas casas típicas de tejados de pizarra muy empinados, la iglesia de Saint Pierre. No pudimos visitar el claustro pero el pueblo goza de un encanto muy particular.
Para atravesar el río Dordoña, lo hacemos a través de unpuente sorprendemente estrecho.Cierto es que si no veo pasar aotro coche delante de mí no sé si me hubiera atrevido a pasar, no por la resistencia pero sí por la estrechez.
MARTEL: Otro bonito pueblo medieval del que pudimos disfrutar poco porque el día se hacía ya demasiado largo y el cansancio se acumulaba ya. Pero es ideal perderse entre la calles de este pueblo y por fin cenar ( en horario francés) en una hermosa plaza medieval.