La ruta parte desde el pueblo de Estana.
Hemos dejado el coche en el
mismo pueblo pero encontramos, una vez pasado el pueblo, a unos 200 m,
otro aparcamiento donde se inicia la subida al Prat.
Se trata un camino
que va variando su inclinación, donde podemos encontrar familias con
niños pequeños.
Su desnivel es de unos 400 m pero muy asequible y que
merece la pena ya que es muy agradable, con unas vistas impresionantes y
sobretodo, cuando se entra al Prat que resulta excepcionalmente
espectacular, un prado verde, lleno de flores amarillas en la actualidad
y al fondo, con majestuosidad, el Cadí.
A la vuelta, decidimos
volver por otro camiino diferente: una pista con bastante
inclinación.Llevaba grabada una ruta en el móvil pero nos despistamos y
continuamos por dicha pista. Cuando nos dimos cuenta no estábaos lejos
pero decidimos seguir por la pista, aunque añadiendo un poco de
distancia y tiempo, pero no excesivamente. Aunque esta parte no está
mal, resulta más interesante volver por el camino de subida.
Muy
cerca del pueblo nos volvimos a despistar y perdimos el camino más
amplio, atravesando por una finca con vacas y bastante agua, difícil y
un poco agobiante. Habría que intentar no perder el camino más amplio,
pero al fin y al cabo llegamos al pueblo.
Comimos en un restaurante
del pueblo, Cal Basté. Si decidís comer en él habría que saber dónde se
va porque tiene, diríamos, algunas deficiencias, sin embargo nos resultó
agradable el trato con Lluis, que nos trató amablemente y nos sacó un
queso roquefort muy bueno. Y el arroz de montaña bueno. Y desde luego,
con tranquilidad, sin agobios....
